MEMORIAS | Una oportunidad para sanar en medio de la adversidad

Ayudando al prójimo, padre de David Vallenilla transforma su dolor en fuerza vital

David José Vallenilla, un joven enfermero de 22 años que murió brutalmente frente a las instalaciones de la Base Aérea La Carlota, en junio de aquel año.

Tras digerir amargamente el dolor que supone una pérdida de tal naturaleza, poco a poco el señor David fue entendiendo el valor detrás de la defensa de los derechos humanos, la lucha por la justicia y la reparación integral de decenas de víctimas de la violencia que como él atestiguaron la crudeza del autoritarismo y la impunidad. Así, este venezolano fue sentando un precedente de lo que podríamos denominar “reparación propia” y de memoria transformativa.                           

“A pesar de no tener a mi niño, por ahora sigo adelante”, nos cuenta desde la otra orilla, en España, donde se encuentra asumiendo diversas responsabilidades y afrontando nuevos retos.

Sin renunciar a la justicia y dispuesto a denunciar la impunidad en todos los escenarios, David Vallenilla encontró una fórmula para resignificar su dolor y transformar las heridas del pasado, otorgando un nuevo sentido a sus experiencias.                                                                                                         

Impulsado por el ejemplo de su hijo en la atención al prójimo como enfermo profesional, Vallenilla se dispone a transitar senderos parecidos, en correspondencia con la vocación de servicio, en la atención, el servicio y el cuidado directo de personas con dependencias.                                                       

“Recientemente concluí con éxito el curso de Técnico Asistente para Personas  Dependientes, tanto para ancianos como para jóvenes con déficit intelectual y otras patologías afines, es una credencial importante acá en España y me acredita para trabajar en toda la Comunidad Europea”.

El también profesional del derecho sopesa que esta nueva profesión no lo mantendrá alejado de sus actividades en defensa de la justicia, la vida y las libertades fundamentales, hecho que aplaudimos desde Justicia, Encuentro y Perdón, tanto como la satisfacción y la alegría que nos produce su éxito personal y el ejemplo de resiliencia ante la adversidad.                                                                                   

 “Un aprendizaje totalmente distinto a mi profesión pero muy importante porque me servirá para ayudar a las personas. Jamás pensé orientar mi vida hacia el área de la salud, pero creo que un Ángel desde el cielo quiere a través de mi mantener su legado. No significa alejarme de mi profesión, sobre todo por la lucha y defensa de los DDHH que tanto me apasiona, pero he descubierto esta  otra forma de ayudar a las personas”, concluyó.

TRES AÑOS DE IMPUNIDAD

“El responsable de la muerte de mi hijo fue plenamente identificado por las autoridades, pero no se ha hecho justicia; aquí  hay una gran impunidad. Se ha violentado el debido proceso. Las audiencias han sido diferidas en diversas oportunidades, es decir, no se ha entrado en la fase de juicio”, nos confesó David Vallenilla padre desde España.                                                       

Acciones de este tipo, verificadas en otros casos de violaciones de derechos humanos, han sido denunciadas como una maniobra de manejo estratégico del Poder Judicial, para ralentizar o evitar que se haga justicia.

Vuelve a leer la crónica:

“Aquel disparo contra David Vallenilla también fue una afrenta cobarde contra la República”  

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