CRÓNICA | La obra de Yaneth Ángulo trascendió los límites de su estado natal
Un balazo criminal privó a los larenses de los dones de una hija pródiga
Por estos días de marzo cuando el mundo se apresta a celebrar el Día Internacional de la Mujer, acude a nuestra memoria el recuerdo de una dama barquisimetana cuyo talento, probidad y calidad humana merecieron el aprecio de sus coterráneos y de buena parte del país. Nacida al calor del crepúsculo larense, bajo el arrullo sonoro que nos legaron Antonio Carrillo, Vinicio Adames y Napoleón Lucena, vino al mundo Yaneth Coromoto Ángulo Parra, el 12 de enero de 1962, cuando Venezuela apenas transitaba los primeros años del proceso democrático surgido tras la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Poco después de cursar los primeros estudios en su natal Barquisimeto, en 1980 Yaneth Ángulo decidió que El Tocuyo sería su nueva morada, pero los logros profesionales alcanzados con dedicación, sacrificio y fe, rápidamente traspasaron los linderos de la región y llegaron a oídos de los venezolanos.
En la hoja de vida de esta destacada larense encontramos que fue deportista de alto rendimiento, miembro de la Liga Especial de Baloncesto del estado Lara, dirigente de la Asociación de Atletismo, docente de educación física, promotora de talentos deportivos, juez de la Federación Venezolana de Canotaje y de la Confederación Panamericana de Canotaje, además parte de la delegación de esta especialidad que participó en los juegos Bolivarianos, Juegos Centroamericanos y Panamericanos de Río 2007, así como en las Olimpiadas del Deporte Cubano y los Juegos Alba que tuvieron lugar en Venezuela en 2007 y 2011, entre otros.
“La organización y la disciplina que adquirió en el ámbito de la docencia y el deporte -su gran pasión-, hicieron de Yaneth una destacada dirigente vecinal de principios firmes e indoblegable espíritu de lucha”, nos relató su hermana Francia Ángulo.
Y fue justamente en medio de imponderables surgidos en su comunidad, a la entrada de la urbanización donde fijaba su residencia en El Tocuyo, donde encontró la muerte esta aguerrida dirigente mientras buscaba resguardar la vida de unos vecinos que quedaron atrapados en la línea de fuego de los cuerpos de seguridad del Estado, en medio de la ola de protestas y represión que experimentó el país hace tres años.
La muerte uniformada irrumpió blandiendo armas de fuego
Al filo de la medianoche del martes 11 de julio de 2017, la profesora Janeth Angulo se encontraba en la puerta principal de la urbanización Villa Colonial.
De acuerdo con el relato de vecinos y testigos, un grupo de manifestantes se había congregado a unos 200 metros de la urbanización. Desde temprano, Angulo intentaba que los jóvenes, muchos de los cuales habían sido sus alumnos, regresaran a sus casas.
De pronto, en medio de la agitada noche, un grupo combinado de funcionarios de la Guardia Nacional y de la policía del estado Lara -que para entonces estaba intervenida y actuaba bajo las órdenes del Ministerio de Interior y Justicia- enfiló disparando contra la urbanización donde vivía la docente, aparentemente persiguiendo a manifestantes que intentaban resguardarse allí. Sonaron varios disparos y acto seguido Yaneth cayó herida mortalmente en la región parietal izquierda. Fue su sobrina de 15 años, una joven de condición especial a quien cuidaba mientras su madre atendía los tratamientos de un cáncer de mama, quien la encontró malherida. Aún con vida fue trasladada a un centro de salud cercano, pero ya era demasiado tarde.
Las secuelas emocionales en las víctimas
Tal como hemos relatado en otras crónicas, la desaparición inesperada de una persona trastoca los planes del grupo familiar y modifica la dinámica de vida de sus integrantes.
En el caso de la familia Angulo Parra, las cicatrices psicológicas provocaron un daño psíquico que alteró el funcionamiento habitual y menoscabó tanto la salud física como mental de algunos de sus miembros.
“Mi sobrina, de condición especial, padece una situación sicológica compleja por el impacto que vivió al recoger malherida a su tía, hecho que se suma a la enfermedad que padece su madre Ana Yurima Angulo, quien enfrenta un cáncer de mama detectado a principios de 2017 que se agudizó a raíz del asesinato de Janeth. Ha sido un impacto enorme para la familia todo lo que nos ocurrió y lo que seguimos enfrentado”, nos relata compungida Francia Angulo.
Tras recobrar el ánimo, recuerda con decepción el rol desempeñado por la denominada Comisión de la Verdad, dependiente de la Asamblea Nacional Constituyente, considerada ilegítima por la inmensa mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional. “Denunciamos que nuestra familia fue engañada por miembros de esta comisión. Ellos se comprometieron a resarcir los daños y brindarnos apoyo, pero no cumplieron, sencillamente manipularon nuestro dolor con otros fines; seguramente no fuimos la única familia burlada. Definitivamente, no solo tuvimos que cargar con la muerte de mi hermana sino que ahora enfrentamos el drama que atraviesa Ana Yurima, por la indolencia y la demagogia. Nos han sometido a una violación continua de los derechos humanos”.
A la espera de justicia
Las investigaciones sobre el asesinato de Yaneth Ángulo fueron asignadas al Cicpc y a la Fiscalía 21 del Ministerio Público en el estado Lara, a cargo de Carlos Muñoz.
A finales del 2017 ocurrió la detención de un funcionario de la policía regional identificado como Eduardo José Monserrat García, quien fue señalado de haber disparado a mansalva contra los habitantes de la urbanización Villa Colonial, provocando la muerte de Yaneth Ángulo.
Posteriormente trascendió que este uniformado recibió un beneficio procesal, hecho que fue duramente condenado por familiares y la parte acusadora, quienes a la fecha sostienen con firmeza la solicitud de investigación a fondo de los hechos para que no quede impune el asesinato de la docente.
“Es increíble que todavía no hayan dictado una sentencia firme, pese a la existencia de numerosos testigos y cámaras que grabaron el momento del crimen. Hay muchos vicios procesales donde están involucrados los actores principales del juicio; quienes deberían garantizar justicia, no cumplen. Es una denuncia que hacemos en medio de esta situación donde no existe Estado de derecho”, indicó su hermana Francia.
La familia de Yaneth Ángulo no pierde la esperanza de que se haga justicia y paguen todos los involucrados en el asesinato de quien estuvo presente en todos los momentos estelares del canotaje venezolano, como cuando el K2 masculino (kayak de dos tripulantes) ganó el oro de los Centroamericanos y del Caribe de Cartagena 2006, o cuando el K4 femenino se apuntó la plata de los Panamericanos de Río 2007.
Esta inolvidable larense fue una de las tantas víctimas del alto rendimiento nacional que cayó en medio de las protestas del 2017. Recordamos los casos de Gruseny Antonio Canelón (atleta de polo acuático), Ángel Moreira (medallista de los Juegos Bolivarianos de Playa de 2012), Paúl Moreno (hijo de un entrenador de esgrima y ex atleta de ese deporte) y Juan Pablo Pernalete (jugador de baloncesto 3×3).