Justicia, Encuentro y Perdón denuncia el patrón de persecución contra defensores de derechos humanos
Nuestra organización se une a las voces democráticas que vienen denunciando la creciente persecución contra defensores y defensoras de derechos humanos que se vive en nuestro país
Para nadie es un secreto que Venezuela atraviesa una de las peores crisis democráticas de su historia y el tema de los derechos humanos siempre ha estado bajo fuego. Sin embargo, hemos observado con preocupación las recientes acciones emprendidas por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro que buscan acallar las voces de defensores y defensoras utilizando diferentes estrategias que van desde la difamación y la estigmatización, pasando por la criminalización, judicialización y amenazas públicas y privadas contra organizaciones que defienden los derechos humanos.
Justicia, Encuentro y Perdón alerta que estas estrategias buscan lesionar la imagen y aislar socialmente a defensores y defensoras, fomentan la impunidad y propenden a generar temor y zozobra en la población con el fin de detener la lucha por los derechos y libertad de la población.
Por tales motivos, exigimos el respeto merecido y estipulado en convenios y leyes nacionales e internacionales que expresan el mandato hacia los Estados de proteger a los y las defensoras de derechos humanos y la debida aplicación de justicia.
Defender los derechos humanos es un derecho democrático
Los instrumentos de derechos humanos consagran derechos que los Estados deben respetar y garantizar a todas las personas bajo su jurisdicción. La labor de las defensoras y defensores de derechos humanos es fundamental para la implementación universal de estos derechos, así como también para la existencia plena de la democracia y el Estado de derecho.
La incansable labor de las defensoras y defensores de derechos humanos ha sido esencial en la defensa de los derechos bajos dictaduras, gobiernos autoritarios y durante conflictos armados internos. Por esta razón, la labor de las defensoras y defensores de derechos humanos continúa siendo esencial para el proceso de fortalecimiento de las democracias.