CRÓNICA | Jimmy Vargas murió al norte de la capital tachirense, tras el acoso a un grupo de manifestantes

Jimmy Vargas fue una de las primeras víctimas de las protestas que estallaron en 2014

Sobre las estribaciones de la cordillera de Los Andes, sirviendo de corredor a los miles y miles de venezolanos que diariamente escapan a la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, está ubicada San Cristóbal, capital del estado Táchira, conocida como la “Ciudad de la Cordialidad”.                                                            

Esta región andina fue un foco central de las protestas que estremecieron a varias ciudades del país, hace seis años. La ola de violencia en la región comenzó en febrero, después de que estudiantes de la Universidad de Los Andes manifestaran por la inseguridad en el recinto y denunciaran un intento de violación contra una de sus compañeras.                             

A partir de aquel momento, a las protestas de los estudiantes se sumaron miles de tachirenses agobiados por la crisis económica y social. Día tras día, San Cristóbal quedó sitiada por los disturbios y arropada por la muerte que dejó tras su paso un total de siete fallecidos, en casi dos meses de protestas llevadas a cabo dentro del legítimo derecho constitucional a la manifestación.

El lunes 24 de febrero de 2014, en medio del tropel de vavuzelas, piedras y otros objetos contundentes, que sumados al resonar de disparos de bombas lacrimógenas y perdigones de la Guardia Nacional Bolivariana presagiaban un día de dura confrontación, se llevó a cabo una protesta vecinal en las residencias Camino Real, en la avenida Principal de Pueblo Nuevo, parte alta de la ciudad de San Cristóbal. Para entonces, cada esquina, barrio y urbanización de la zona metropolitana y periférica de la capital tachirense se había convertido en campo de batalla.                                                               

En medio de este agitado panorama, Jimmy Vargas, tachirense de 34 años y estudiante de Informática, se dirigió en compañía de vecinos a la parte alta de su vivienda para tener una mejor visual de la protesta. Estando en ese lugar, se aproximaron varios funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que hicieron varias detonaciones, según relatos de testigos.                                                       

Tras los gritos y la confusión, cayó el cuerpo sin vida del joven estudiante, mientras una espesa cortina de humo de gases lacrimógenos envolvió la zona, descubriendo tras su disolución el cuerpo rígido de Jimmy Vargas en medio de la desesperación de familiares y vecinos.

DOLOR DE MADRE

Las familias no olvidan, la sangre llama y los sentimientos afloran cuando se repasan los hechos.         

Carmen González carga a cuestas la muerte de su hijo como un eco punzante entre la memoria y el corazón, donde habitan los primeros arrullos maternales y yacen mustios los recuerdos del infortunado día cuando vio partir a su hijo. “Le dieron perdigonazos, le tiraron gases, él no podía respirar y trató de agacharse. Se cayó. Los vecinos me han contado que todavía en el suelo, tiraban lacrimógenos. Ahí dejó la vida, me lo mataron”.

NO HUBO JUICIO

Jimmy Vargas y otros seis ciudadanos murieron en Táchira durante las protestas del  2014. Algunas de estas causas fueron tratadas por el Ministerio Público como “muertes accidentales”.

Sobre Vargas se dijo: “el hoy occiso optó por subirse a una platabanda y cuando intentó descender perdió el equilibrio y cayó de una altura aproximada de 5 metros, sufriendo un traumatismo craneoencefálico severo que le ocasionó la muerte”, según informe de la Fiscalía.                                                                       

De acuerdo con la opinión de Jindryx Vargas, el cadáver de su hermano tenía “marcas de perdigonazos, golpes en la nariz y un ojo hinchado, pero nada de eso aparece en el informe forense”.                                                           

Para Carmen González, la muerte de Jimmy inequívocamente fue producto de la represión desata por el régimen durante aquellos días: “Nicolás Maduro y su entorno fueron los que me lo mataron. Ellos son los que están matando a toda Venezuela. Mi hijo murió como un héroe luchando por la libertad de su país”, aseguró.

DOS CRÍMENES

El estudiante de bachillerato Kluiberth Roa Nuñez fue asesinado el mismo día que murió Jimmy Vargas pero en el año 2015. Alrededor de las 11:30 de la mañana, el liceísta de 14 años falleció en las inmediaciones de la Universidad Católica del Táchira por un impacto de perdigón en la cabeza. Por el caso fue condenado a  18 años de prisión el funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, Javier Osias Mora Ortiz.

Foto cortesía

PERFIL

Jimmy Vargas nació el 25 de junio de 1979. Fue un aventajado estudiante de Informática, surfista en sus tiempos libres y amante de la gastronomía mexicana. Murió en 2014 en medio de una fuerte represión de la Guardia Nacional en las Residencias Camino Real, del sector Pueblo Nuevo, parte alta de San Cristóbal.

PAUSA

Las protestas en el estado Táchira fueron levantadas el 31 de marzo de 2014, bajo un fuerte despliegue militar por tierra y aire que movilizó a un grueso número de tropa militar desde el centro del país. La acción dejo varios detenidos.

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