ACTUALIDAD | A tres años de la instalación de la ANC, un órgano político a disposición del régimen

¿Qué pasa(rá) con el Estado de derecho en Venezuela?

Texto de Justicia, Encuentro y Perdón 

Entre una Asamblea Nacional (AN) legítima desmantelada por el régimen, una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) tachada de inconstitucional e ineficiente y unos futuros comicios parlamentarios que no inspiran confianza, surgen interrogantes sobre el destino de nuestros derechos civiles y políticos en medio de esta deriva institucional por donde agoniza nuestra frágil democracia.

Este 30 de julio 2020 la ANC arriba a tres años de su polémica elección sin texto constitucional a la vista y envuelta en duros señalamientos de signo autoritario, tras erigirse en un parlamento paralelo, un órgano político a disposición del Ejecutivo para atrincherarse al poder. 

El foro, instalado plenamente cinco días después de su elección en un ambiente de convulsión social, fue seleccionado en unos comicios ampliamente cuestionados, debido a que no fue sometido a un referendo previo, como ocurrió con la Constituyente de 1999, y porque no contó con la participación de la oposición.   

Aquel 30 de julio de 2017, las elecciones se vieron marcadas por la violencia, con uno de los candidatos para la Asamblea Nacional Constituyente asesinado en su casa, una explosión en una de las calles principales de Caracas y la muerte de ocho personas en enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. 

Tras el proceso comicial, Smarmatic, la empresa que brindó soporte al Consejo Nacional Electoral para el recuento de los votos, señaló que los resultados de los comicios fueron manipulados por las autoridades electorales.

Archivo JEPVzla

BRAZO POLÍTICO DE LA REPRESIÓN

La ANC es un foro compuesto por más de 500 constituyentes que no cuenta con el reconocimiento de buena parte de la comunidad internacional.  Fue constituida como una medida desesperada del régimen para contener la ola de protestas que dejó más de 150 muertos y miles de heridos durante cuatro meses de manifestaciones cívicas, aunque su elección también significó una grave estocada al Poder Legislativo, al arrebatarle a la Asamblea Nacional todas las competencias y asumirse la Constituyente como un órgano “plenipotenciario”.

En noviembre de 2017, este foro madurista aprobó una ley contra el odio que contempla sentencias de hasta 20 años de cárcel para quienes inciten al odio, la discriminación y la violencia contra una persona o conjunto de personas a través de cualquier medio. 

De igual manera, esta ley sancionada para criminalizar la protesta, la disidencia, el accionar de los partidos políticos y estrechar más aún la libertad de expresión. prevé el bloqueo a portales de internet que se consideren inadecuados por su contenido.

Foto cortesía Rubén Sevilla Brand

UNA GESTIÓN NEFASTA

Como una “destrucción constitucional” ha sido calificada la gestión de la ANC durante sus tres años de funcionamiento. Se cuentan leyes, decretos y acuerdos que desde el punto de vista jurídico carecen de validez por la falla de legitimidad constitucional que arrastran desde su origen, aunque de facto han generado duras consecuencias.                                                               

La Constituyente designó al Defensor del Pueblo y al Fiscal General, e igualmente ratificó a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, con las consecuencias ya conocidas sobre el ámbito electoral en 2017 y 2018, más lo que nos aguarda para los próximos comicios parlamentarios. 

Bajo el amparo de la inmunidad que promueve la ANC se han cometido innumerables delitos: intimidación y persecución contra diputados, detenciones ilegales y revocatorias de la inmunidad parlamentaria, usurpando las funciones del Parlamento. A los casos de los legisladores Juan Requesens, Renzo Prieto y Gilber Caro, que actualmente sufren condiciones de reclusión inhumanas, la lista de parlamentarios que han padecido algún tipo de persecución política supera el 70% de la bancada opositora de 112 legisladores.

Respecto a la Ley de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), cuya sanción contó con amplia repercusión en los medios del régimen, se cuestiona que institucionalizó un sistema de control social alimentado por delitos de corrupción desde la alta dirigencia del régimen y algunos sectores colaboracionistas, tal el caso de un empresario recientemente detenido en Cabo Verde.

 

Foto Cortesía AFP/JUAN BARRETO

¿HASTA DICIEMBRE DEL 2020?

El 20 de mayo de 2019 la ANC aprobó un decreto para extender su funcionamiento “al menos” hasta el 31 de diciembre de 2020, sustituyendo así la anterior resolución de 2017 que establecía su vigencia por dos años.

Con este decreto, y luego de tres años en funcionamiento sin presentar proyecto de Constitución, parece revelarse la verdadera intención de la ANC: un régimen con un poder sin límites de alcance ni de vigencia, donde el Estado de derecho sea una aspiración democrática inalcanzable.

JORNADA TRÁGICA

De acuerdo con los datos actualizados de Justicia, Encuentro y Perdón, veinte personas fallecieron violentamente en el contexto de la elección de la ANC:

Juan Gómez, de 32 años (Lara).

Juan Monges Páez, de 42 años (Lara).

Luis Beltrán Zambrano, de 43 años (Lara).

Marcel Pereira, de 30 años (Mérida).

Iraldo José Gutiérrez, de 38 años (Mérida).

Ángelo Méndez, de 28 años (Mérida).

Eduardo Olarve, de 39 años (Mérida).

José Fernando Sánchez, de 24 años (Mérida).

Emily Gabriela González, de 24 años (Miranda).

Ricardo Campos, de 30 años (Sucre).

Ender Peña, de 18 años (Táchira).

Adrián Rodríguez, de 14 años (Táchira).

Albert Rosales, de 53 años (Táchira).

Julio Manrique, de 22 años (Táchira).

Luis Eduardo Ortiz, de 17 años (Táchira).

Wilmer Flores, de 19 años (Táchira).

Ronald Ramírez Rosales (Táchira).

José Félix Pineda, de 39 años (Bolívar).

Haider Ocanto, de 19 años (Zulia).

Miguel Urdaneta, de 25 años (Zulia).

 

La prensa informó sobre las primeras víctimas de la jornada. Posteriormente la cifra aumentó a 20 muertos. Archivo JEPVzla

Texto de Justicia, Encuentro y Perdón 

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