INFORME | Estudio de JEP previene sobre las secuelas emocionales y psicológicas en víctimas de violencia institucional
La Navidad y el fin de año posiblemente son dos épocas del calendario con mayor carga emocional. Todas estas intensas emociones tienen lugar en un periodo de tiempo de tan solo unas dos semanas, donde se debaten la alegría, la tristeza, el fracaso y la ansiedad ante las altas expectativas o la gestión del dolor por la ausencia de seres queridos y el sentimiento de soledad asociado. En Venezuela, la época nos trae el recuerdo especial de personas que ya no están entre nosotros, familiares o amigos que fueron arrebatados violentamente de nuestro lado, dejando un vacío sensible en nuestras vidas.
Es por ello que Justicia, Encuentro y Perdón (JEP) se propuso presentar en esta época del año el informe “Trauma psicosocial y vulnerabilidad al estrés en familiares de víctimas de violencia institucional en Venezuela”, una investigación de campo para abrir una mirada científica hacia la comprensión emocional y psicológica de los familiares de víctimas de violencia institucional en nuestro país, un tipo de violencia que se encuentra velada para la gran mayoría de la población, a través de la estructura institucional y funcional del Estado, que no solo no garantiza, sino que incluso actúa como generador de obstáculos para la realización plena de los derechos por parte de todos los ciudadanos.
En el trabajo descrito, la muestra utilizada se conformó por 40 familiares que cuentan con apoyo directo de JEP. La selección de los mismos se debió a la necesidad de obtener una aproximación científica del nivel de daño psicológico que pueden presentar como consecuencia de los eventos violentos pertenecientes a cada sistema familiar; duelo, estrés, vulnerabilidad al estrés, trauma, trastorno de estrés post-traumático y trauma psicosocial.
Respecto a cómo se manifiesta el trauma psicosocial y la vulnerabilidad al estrés en familiares de víctimas con situaciones de violencia institucional en Venezuela, el informe especifica que se obtuvo para ambas variables, en promedio, un nivel moderado, lo que evidencia la relación directa entre los dos factores.
En cuanto a los efectos del trauma por condiciones de violencia institucional, se evidenció que “permanecen en el tiempo, incluso entre generaciones, especialmente si se mantienen presentes las condiciones sociopolíticas que originaron el trauma psicosocial, en primer lugar, tal como sucede en el caso particular de Venezuela, en el que estamos estudiando el impacto de eventos muy recientes en el tiempo y que en alguna medida siguen transcurriendo, especialmente para los participantes, que en muchos casos, siguen formando parte de procesos judiciales en marcha”, refiere el informe.
Así, el concepto de trauma evoluciona y se refleja en distintas formas con el paso del tiempo, teniendo distintos efectos a largo plazo (dificultades en las relaciones de pareja, adicción a sustancias, problemas de autoconfianza, etc), que si bien responden a la situación traumática, no son fácilmente asociados a la misma.
Esto sucede especialmente en los casos con mayores dificultades para hablar del evento, y por lo tanto se niega o rechaza su elaboración y búsqueda de apoyo en los espacios terapéuticos.
En relación con el tipo de víctima, tampoco se encontraron diferencias entre los familiares de presos políticos y de ejecutados por los cuerpos de seguridad del Estado, “dejando abierta la incidencia de otros factores, siendo en esta investigación de vital importancia el concepto de vulnerabilidad al estrés como la predisposición o las herramientas de afrontamiento con los que cuentan los sujetos para asumir la experiencia traumática, independientemente del tipo de trauma experimentado”.
En definitiva, el trauma psicosocial implica en sí mismo el impacto emocional relacionado a múltiples duelos pérdida de seres queridos, de proyectos y de bienes simbólicos a nivel individual y colectivos que requieren de un gran esfuerzo psicosocial, de una comprensión psicológica y también sociopolítica.
El informe “Trauma psicosocial y vulnerabilidad al estrés en familiares de víctimas de violencia institucional en Venezuela” concluye recomendando la creación de grupos de apoyo con base a las evaluaciones descritas, donde se faciliten las herramientas utilizadas por aquellos con menores niveles de trauma psicosocial, favoreciendo así el intercambio social.
Los grupos de apoyo “permiten la posibilidad de hacer intervenciones grupales que resultan menos costosas y más efectivas. En este sentido, favorecen el intercambio de estrategias y mecanismos de afrontamiento, se promueve la empatía y la identificación de forma automática al ser personas que comparten experiencias similares, promueve la expresión emocional, se crean redes de apoyo que evitan el aislamiento de las personas”.
Desde la perspectiva de la víctima, la incapacidad por parte del entorno para comprender la situación y ofrecerle reconocimiento y compensación, acaba constituyendo una segunda victimización, -a menudo más dolorosa que la inicial- que potencia y arraiga las dolencias, especialmente en esta época del año donde las emociones tienden a potenciarse al máximo.
A continuación el informe completo: