Boletín #39 – La labor de las ONG es fundamental para la democracia
Editorial
Año Nuevo ¿Vida nueva?
El inicio de un nuevo año supone – naturalmente – una singular alegría pues nos muestra las nuevas oportunidades que se abren frente a nosotros, con la esperanza de que sea un período magníficamente mejor que el anterior. En nuestro caso pudiéramos creer que haber superado un año en el que se agudizó la emergencia humanitaria compleja que afrontamos desde 2015, una crisis de derechos humanos sin precedente y – ya casi como un capítulo de terror – la sobrevenida pandemia por el COVID-19, no nos pone necesariamente la vara alta como para no tener expectativas de que nada pudiera estar peor, sin embargo, la situación venezolana penosamente – y hasta tanto no ocurran cambios sustanciales en las respuestas del Estado a sus obligaciones – tal parece siempre puede empeorar y aunque es lo que menos quisiéramos augurar, los primeros días de este año dan muestra de ello; hemos visto una agudización de las acciones represivas con el fin de obstaculizar el trabajo de las organizaciones y de defensores de derechos humanos, tal parece que quienes trabajamos diariamente en defensa de la dignidad humana y quienes hacen inmensos esfuerzos por emprender acciones para apalear los terribles impactos de esta devastación, pasamos a la primera fila de los calificados por el Estado como enemigos internos.
Estigmatización, criminalización, al punto extremo de la privación arbitraria de libertad a defensores de derechos humanos y trabajadores humanitarios, pasan a ser muestra de una política de ataque emprendida por el grupo de poder. Vemos además anuncios respecto a aprobar leyes severas para controlar la labor de las organizaciones de derechos humanos, actos de intimidación, allanamientos y ataques digitales.
Todo esto ocurre mientras la Misión de Determinación de Hechos en Venezuela continúa su exhaustiva investigación y la Fiscalía de la Corte Penal Internacional se ha comprometido a concluir el examen preliminar sobre el caso venezolano a mediados del presente año, en virtud de lo cual, las víctimas y organizaciones extreman sus esfuerzos para continuar su búsqueda incesante de verdad y justicia.
Así, pudiéramos considerar que de nuevo nada y de agravado mucho, sin embargo, los valores en los que se cimienta nuestro trabajo se fortalecen ante las amenazas y se crecen ante las peores adversidades, por lo que la esperanza termina siendo el recurso que nos sostiene porque en ella hay certezas y convicción de que lo que hoy hacemos está determinando esa vida nueva, próspera, de Justicia y Libertad.
Por: Martha Tineo
Coordinadora General de Justicia, Encuentro y Perdón