Boletín #57 – La revelación de una crisis humanitaria inducida

Editorial

El alma de los venezolanos necesita de aliento y esperanza, y estos – tanto como la sobrevivencia – en Venezuela los tenemos que luchar.

Las recientes decisiones de la Organización de Naciones Unidas a favor de Venezuela, representan esa dosis de oxígeno que permite volver a respirar la posibilidad de que en nuestro país se devele la verdad y se aplique justicia. Fueron precisamente las víctimas quienes hicieron esto posible. No desde plataformas políticas, sino desde la fuerza moral de sus únicos recursos: valentía, honestidad y coherencia. Por tanto, no podemos sino – una vez más – darles las GRACIAS por demostrarnos que no es una simple quimera aspirar a avanzar en estos propósitos.

Paralelo a las acciones comprometidas de las víctimas de violaciones a los derechos humanos, vemos que la dirigencia política de nuestro país se mueve discursivamente a favor de la «reconciliación», el «reencuentro» y el «perdón» y, tanto hemos creído en ellos, como líneas cruciales para la superación de la crisis y la reconstrucción del tejido social, que son justo esos términos los que dan nombre a nuestra organización. Sin embargo, vemos con preocupación cómo las palabras «verdad» y «justicia», premisas fundamentales que demanda toda víctima, no aparecen en la agenda que se propone para una próxima negociación sobre la emergencia humanitaria que sigue destruyendo al país.

Como organización de víctimas se nos impone recordar que, no hay paz verdadera sin justicia; no existe reconciliación posible en medio de una nueva oleada de persecución y criminalización por razones políticas, y no vamos a reencontranos y a coincidir en el camino si no se acepta, se asume y se toman medidas urgentes para reparar el colapso inducido que nos separó de más de 7 millones de venezolanos.

Renovamos la esperanza gracias a la obra de las víctimas, e insistimos entonces en trabajar por la reconstrucción de nuestro país, pero sin pretender simplemente pasar la página y dejar el dolor de las víctimas y desterrados atrás. Al contrario, reconozcamos que todo proceso genuino de transición pasa por el restablecimiento del Estado de Derecho y del sistema democrático, en aras de la justicia y la libertad.

La recuperación del alma de la sociedad venezolana no se trata de discursos «políticamente» convenientes. Se trata de respeto a la dignidad humana desde la coherencia, la responsabilidad y el coraje de hacer a un lado, por una vez en la vida, los intereses estrictamente personales.

 

Martha Tineo 

Coordinadora general Justicia, Encuentro y Perdón

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31/10/2022

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