JEPVZLA ANTE LA REACTIVACIÓN DEL DIÁLOGO
Desde Justicia, Encuentro y Perdón, conscientes de la terrible crisis contemporánea que hemos atravesado y del daño que deja la confrontación, el enfrentamiento y el quiebre de las relaciones; en concordancia con nuestros principios y como parte de los más impactados por dicho caos y ola de violencia, no podemos sino valorar toda iniciativa que propenda a la superación de la profunda recesión que ha golpeado a nuestro país, así como la consecución de los acuerdos necesarios que nos pongan en posición de futuro.
En consecuencia, extendemos nuestros mejores augurios para que el proceso de diálogo que se pretende reiniciar, finalmente logre los objetivos que nos son comunes a todos, traducidos en el auxilio general a una población completa, urgida de la recuperación de un bienestar social y común. Apostamos a que la nueva ronda de negociación sea una agenda lo suficientemente amplia para que puedan entrar todos los aspectos fundamentales y sistémicos necesarios a tratar y para que efectivamente se pueda hablar de la resolución de la crisis venezolana, de forma que la gestión no se quede en paliativos efímeros. Sabemos que es un proceso largo, complejo, y que, tratándose de problemas tan estructurales, multifactoriales y multisectoriales, no podemos sino anhelar que esta actuación, de alguna manera, sea el inicio de un nuevo comienzo.
Sin embargo, sabiendo también que en este espacio lo que sin duda debe ponerse sobre la mesa, es la posibilidad de procesos que beneficien a la mayoría posible, no es menos cierto que, siendo nosotros una organización que acompaña a víctimas de violaciones a los derechos civiles y políticos, debemos en nuestra condición, velar por los derechos que les asisten: verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición, que al final son propulsores cruciales para la recuperación de un país.
Sobre esa base, nos sentimos entonces en el deber de plantear un aspecto que consideramos primordial, imprescindible y trascendente, convencidos de que también va de alguna manera a legitimar, favorecer y darle peso moral a lo que se entiende debe ser un sincero, genuino y verdadero ánimo de superar un colapso sin precedentes.
Liberación de los presos políticos. No creemos que sea real ni posible que un país pueda superar una crisis mientras no resuelva la situación de los presos políticos y las atrocidades a las que son sometidos en recintos carcelarios y centros de tortura. En un país de progreso, de reconciliación y de reencuentro en las diferencias y semejanzas, no está dado que personas que piensan distinto permanezcan tras las rejas por esa razón, pues no hay paz duradera que se pueda soportar en tal controversia. A nuestro entender, una serie de negociaciones como la que está por activarse, debe partir del compromiso con los principios más sagrados de nuestro pacto social y de nuestra norma constitucional, que implican la garantía de nuestros derechos humanos: el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad personal. Es por ello que un punto que consideramos crucial a gestionar en simultáneo a los encuentros, y que va a permitir recibirlos como el inicio de la recuperación de la confianza de los venezolanos en sus instituciones, genuina y legítimamente, pasa por la liberación de todos los presos políticos, pues tampoco se trata de una selección conveniente de fichas de canje entre las partes en cuanto a unos sí y otros no. La mayoría de estos presos de conciencia son ciudadanos, civiles y militares no militantes, imputados por cargos que ni siquiera han respetado un mínimo seguimiento al debido proceso.
Asimismo, entendemos que en la agenda serán considerados procesos electorales libres y transparentes, en aras de restablecer el sistema democrático, y en ese sentido consideramos de suma importancia que también se hagan compromisos de que cese la persecución a la disidencia política y al debate público que resulta del ejercicio de la libertad de expresión, como un acto de coherencia, correspondencia y convergencia.
Pretendemos entonces, desde nuestra línea de acción y responsabilidad que como punto de agenda se alcancen acuerdos para la liberación plena e inmediata de los presos políticos en nuestro país, tanto como compromisos tangibles respecto al cese de la persecución por razones políticas.