El Rodeo I es el nuevo centro de torturas para los presos políticos en Venezuela

Caracas, 29 de abril de 2024.- Privar de la libertad no parece ser suficiente para un Estado que recrudece sus métodos represivos. Aproximadamente 40 hombres que permanecían presos por motivos políticos en la sede del Sebin del Helicoide y en la DGCIM de Boleíta fueron traslados a inicios de abril, sin orden de un tribunal y bajo engaño, a la cárcel del Rodeo I, ubicada en el municipio Zamora, cerca de Guatire, en el estado Miranda, lejos del acceso a sus familias, en un centro de detención de máxima seguridad donde están expuestos a tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Más allá de la distancia, en una rueda de prensa en la que participaron las familias de estas personas, denunciaron una serie de irregularidades que requieren pronta respuesta institucional. Afirman que las celdas son de 2×2 y tienen una litera, una colchoneta delgada y una letrina. No comparten celda, pues se les prohíbe tener contacto entre ellos. La alimentación es muy restringida al punto que en menos de un mes han perdido varios kilos de peso, algunos hasta 20, debido a las escasas raciones de comida que les suministran una sola vez al día y que no les permiten a los familiares llevarles alimentos como podían hacerlo en sus anteriores centros de reclusión; tampoco reciben luz solar. 

Revelaron que a la mayoría no les han permitido visitas y en los casos en que han recibido autorización las someten a severas y degradantes requisas, y les tapan los ojos desde la entrada hasta el lugar asignado para el encuentro que es a través un vidrio, se hablan a través de una especie de intercomunicador por escasos 10 o 15 minutos, en presencia de un custodio que vigila la conversación, aunque en ocasiones les han cortado la visita a los 5 minutos de haber comenzado. Lejos quedaron los abrazos y estar más cerca de ellos por lo menos durante unos instantes. Afirman que cuando sus familiares presos llegaron al lugar les dieron una charla en la que les advirtieron que las visitas dependerían de “cómo se porten” tanto ellos como sus familiares, porque les prohibieron contar lo que sucede adentro. 

Por todas estas razones calificaron esta cárcel como “un nuevo centro de tortura”. Temen lo que pueda ocurrir a sus parientes presos porque tampoco les permiten llamadas telefónicas ni visitas de sus abogados. Andreína Baduel, por ejemplo, denunció que su hermano sufre varias patologías causadas por las torturas y malos tratos recibidos y teme que le ocurra algo similar que a su papá, quien murió en custodia tras una intervención quirúrgica irregular y sin ser notificada a la familia. 

Hicieron un llamado a la Fiscalía y a la Defensoría del Pueblo para que se presenten en el Rodeo I e inspeccionen las condiciones de reclusión y las irregularidades que se están cometiendo. Se refirieron a las detenciones arbitrarias de las cuales fueron objeto y los procesos judiciales violatorios al debido proceso que han afrontado en juicios sin pruebas. 

Recordaron el caso del joven Wilder Vásquez, juzgado por el caso dron, que ya cumplió su condena y pese a contar con boleta de excarcelación no ha sido liberado y también fue trasladado al Rodeo I.

En Justicia, Encuentro y Perdón como organización que promueve y defiende los derechos humanos pedimos a las autoridades investigar las denuncias expuestas y garantizar la vida y la integridad de todos los presos políticos en el país. Exigimos que se respeten las condiciones de reclusión acorde con lo previsto en las leyes penitenciarias y en los convenios internacionales, a fin de garantizar los derechos a la salud, a la comunicación, a la alimentación y a recibir visitas periódicas de sus parientes y abogados.

También recordamos las Reglas Mandela que establecen: “Todos los reclusos deben ser tratados con respeto por su dignidad y valor propio como seres humanos. Ningún recluso puede ser torturado ni sometido a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” (Regla 1). 

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