CRÓNICA | Carlos Moreno: un ejemplo de superación forzado a precipitar su vuelo

¡Qué injusta es la vida: me arrebató al héroe de la casa!

Decía el poeta peruano César Vallejo en medio de las atribulaciones que nos asaltan cuando emergen las dudas existenciales que “hay golpes en la vida tan fuertes… ¡yo no sé!”. Golpes tan fuertes como perder un hijo con necesidades especiales a temprana edad, víctima de una bala perdida a solo tres días de celebrar su cumpleaños, justo en medio del fragor de una protesta que vecinos mantenían en la calle que solía transitar a diario, camino al estadio donde frecuentemente acudía en pos de la gloria como futbolista profesional.

Esta dura prueba de la vida tuvo que enfrentar Ana Marilce Barón, madre de Carlos Moreno, aquel joven asesinado inútilmente por integrantes de un grupo paramilitar en las inmediaciones de la plaza La Estrella, ubicada en el sector San Bernardino de Caracas, el 19 de abril de 2017.

“¡Qué injusta ha sido la vida conmigo, siento que me arrebató todo!”, nos confesó aquella mañana que fuimos a su encuentro absorta en su inventario de recuerdos, mientras otras palabras del bardo peruano descendían como un rayo que fecunda la oscuridad para esclarecernos el camino: “Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el destino blasfema”.

Todo un “Barón” ante los desafíos de la vida

Carlos José Moreno Barón nació en Caracas, el 22 de abril de 1999. Por su condición especial se pudiera pensar que la vida le impuso más retos, pero no fue así; “Él era inquieto, arrojado, muy independiente”, aclara su madre. “Se propuso cursar el bachillerato en el colegio Francisco de Sales, en La Candelaria, y lo consiguió. Luego decidió que estudiaría en la Universidad Central de Venezuela e ingresó a la escuela de Economía. Todo lo que él se proponía, lo lograba, gracias a su carácter, su temperamento. Yo siento que le di todo lo que pude, lo complací en todo”.

Carlos José era el orgullo de su madre y de su única hermana, quienes no han podido superar la pérdida del hombre de la casa. Su cuarto permanece intacto, con algunos objetos personales y otros adminículos que testimonian el paso por la vida de este joven que iluminaba el hogar de los Moreno Barón. “Un dolor de madre es inmenso. Siento que el corazón se me parte en dos”, nos confesó Ana Marilce, antes de referirse a los entresijos del asesinato y la situación judicial de este caso.

La jugada del destino

Aquel 19 de abril, el aplicado estudiante y deportista se levantó con entusiasmo, dispuesto a celebrar un partido de fútbol con sus amigos, mientras en paralelo repasaba los preparativos de su cumpleaños, ya que tres días más tarde cumpliría la mayoría de edad. Pese a que la ciudad se encontraba un tanto agitada por las manifestaciones en contra de Nicolás Maduro planificadas para ese día, a él poco le importó los llamados de atención de su madre y salió presuroso hacia la urbanización San Bernardino, pero el destino le tenía preparada otra jugada.

“Él transitaba por la plaza La Estrella cuando ocurrieron los disparos. En el lugar había presencia de los llamados ‘colectivos’ y tras las detonaciones él cayó en la vía, víctima de un disparo a la cabeza.  A mi casa llegó el rumor de que una persona había sido herida, pero jamás imaginé que se trataba de mi hijo. Cuando me llamaron de la Clínica Caracas diciéndome que Carlos José estaba en ese sitio y debía reconocer su cuerpo, no lo quise aceptar y aún no lo acepto. Yo analizo y pienso que la vida fue muy injusta conmigo, con él; tanto que luché para que pudiera estudiar, tanto que nos costó para que llegara a la universidad y superara las limitaciones de su condición”.

La sombra de la impunidad

A un mes de ocurrido los hechos, seis integrantes del grupo armado fueron detenidos, pero hasta el sol de hoy no han sido juzgados. Ana Marilce lucha ahora para reivindicar la memoria de su hijo y contra la impunidad de aquellos que le arrebataron su tesoro más preciado. Mientras tanto centra su esperanza en la justicia divina, ya que desconfía de la actual administración del sistema judicial venezolano: “cuando ocurra un cambio de sistema espero que las personas que me arrebataron a mi héroe paguen por el daño que causaron”, concluyó.

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