CRÓNICA | En la “Tierra del sol amada”, en “hora malhadada”, fue asesinado este joven universitario

En mayo de 2017, Adrián Duque entregó su vida por la liberación de Venezuela

Fue Rafael María Baralt (1810-1860) quien llamó a Maracaibo “tierra del sol amada”, en su amoroso poema “Adiós a la patria”, escrito justamente cuando se ausentó de su lar natal:

“Tierra del sol amada, donde inundado de su luz fecunda, en hora malhadada, y con la faz airada, me vio el lago nacer que te circunda”

Fue en esa calurosa ciudad del occidente venezolano donde en 1993 nació Adrián José Duque Bravo, joven universitario que hoy ocupa estas letras de la memoria dolida y cuyo asesinato profundizó la herida abierta en el corazón de nuestra democracia.

DE LA PASTORA AL SALADILLO

Venezuela fue sacudida en 2017 por un nuevo ciclo de protestas ciudadanas que duró aproximadamente cuatro meses y dejó un amplio saldo de personas fallecidas, heridos y presos políticos. De Caracas al Zulia, del Amazonas al Apure, del Delta a Mérida, el descontento y la rabia de la población fueron reprimidos duramente sin una clara resolución de la crisis política y económica que padece el país.                                                       

Actualmente se observa un incremento de la crisis económica y social, del autoritarismo y de la violación generalizada de derechos humanos, en un contexto donde todo apunta a una convivencia cada vez más precaria, con una población vulnerable y entrampada en las contradicciones políticas del momento.

MARACAIBO MARGINADA

Ciertamente el Zulia, con su capital al frente, ha sido una de las regiones más golpeadas por la crisis nacional. El colapso se evidencia en  los constantes apagones, el precario suministro de agua, la escasez de gasolina, la crisis del transporte, el desabastecimiento de alimentos y otros bienes, el auge del paramilitarismo, la inseguridad ciudadana, etc.                                                                                 

En 2017, miles de zulianos salieron a las calles a denunciar estos atropellos contra los derechos fundamentales de la población y fueron severamente silenciados por los cuerpos de seguridad del Estado, apoyados por bandas irregulares armadas identificadas con el régimen de Nicolás Maduro.

Maracaibo. Foto cortesía

El 24 de mayo, Adrián Duque, un joven contador público asfixiado por la crisis e indignado ante el saldo de la represión, se encontraba manifestando en los alrededores de Tostadas El Matapalo, frente a las torres El Saladillo, ubicadas en la avenida José Prudencio Padilla –hoy Rafael Urdaneta- del casco central de Maracaibo, cuando súbitamente  resultó herido tras ser impactado por una metra en la región abdominal izquierda.                             

Todo sucedió en fracción de segundos; la herida fue mortal y nada pudieron hacer los médicos del hospital Nuestra Señora de Chiquinquirá que infructuosamente lucharon por mantenerlo con vida.  Tras los hechos, testigos señalaron como supuestos responsables a funcionarios de la Guardia Nacional que ese día controlaban la manifestación pacífica.

Momento cuando Adrián Duque es atendido por los médicos tras ser herido. Foto Cortesía

SIN RENCOR

A tres años del asesinato de Adrián Duque, sus padres Henry Duque y Yumaira Bravo no guardan rencor por lo sucedido, pero subrayan que se mantienen en pie de lucha exigiendo justicia y prisión para el autor material, más los implicados indirectos en el asesinato de su hijo. 

 Ya perdieron la cuenta de las ocasiones que han denunciado la deficiente actuación desempeñada por la Fiscalía 45ª de Derechos Fundamentales del Ministerio Público, para determinar las responsabilidades a las que haya lugar.           

“Todo está paralizado, no hay avances. Últimamente no hemos podido movilizarnos por la falta de gasolina que nos afecta a todos”, lamenta la señora Yumaira Bravo en conversación sostenida con nuestra organización hace apenas unas horas.                                                                                           

“Nuestra familia enfrenta un acto de impunidad, queremos justicia, que paguen los culpables, pero ante tanta impunidad solo espero la justicia de Dios”, señaló en referencia al frágil proceso judicial que limita el derecho de la familia Duque Bravo de lograr el enjuiciamiento de los responsables del asesinato de Adrián Duque, parte de la profunda debilidad institucional que aqueja al país.

Recientemente diversas instancias independientes como la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han prevenido que el régimen venezolano no ha responsabilizado a los autores de graves violaciones de los derechos humanos, entre las que se incluyen homicidios, el uso excesivo de la fuerza en contra de manifestantes, detenciones arbitrarias, malos tratos y tortura.                                                                       

Igualmente han denunciado el grave impacto de la crisis económica y social que atraviesa el país en materia de derechos a la alimentación, a la salud, a los servicios básicos, hechos entre otros que motivaron a Adrián Duque a protestar pacíficamente en las calles de Maracaibo, el 24 de mayo de 2017, donde rindió tributo a la vida y a su país, como haciendo suyos aquellos versos de Rafael María Baralt del poema aludido al inicio de esta crónica: 

“Puedas grande y dichosa / Subir, ¡oh patria!, del saber al templo, / Y en carrera gloriosa / Al orbe, majestuosa, / Dar de valor y de virtud ejemplo / Yo a los cielos en tanto / Mi oración llevaré por ti devota, / Como eleva su llanto / El esclavo, y su canto, / Por la patria perdida, en triste nota…”.

Foto Cortesía

SENTIR ZULIANO

Adrián José Duque Bravo nació en Maracaibo, el 7 de julio de 1993. El “Catire”, como cariñosamente lo llamaban, era el único hijo varón de la familia Duque Bravo.                                                                                                   

Amante del fútbol y contador público egresado de la Universidad José Gregorio Hernández, este malogrado joven zuliano fue la víctima 57 de las protestas que estallaron en 2017 en contra del régimen de Nicolás Maduro.  Sus restos reposan en el cementerio Jardines La Chinita y su ejemplo florece en cada venezolano que lucha por sus derechos. QEPD

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