Boletín #51 – A 13 años del gas del bueno

Editorial

«Para liquidar a los pueblos se empieza por privarlos de la memoria.

Destruyen tus libros, tu cultura, tu historia.

Alguien escribe otros libros, les da otra cultura, inventa otra historia;

después, la gente comienza a olvidar lentamente lo que son y lo que fueron».

Milan Kundera

 

 

Recordar es sin duda el primer paso para la construcción de la memoria histórica, ese vehículo que nos permite además del esclarecimiento de los hechos, la dignificación de las voces de las víctimas y la construcción de una paz sostenible.

Somos conscientes de cuán doloroso puede ser el proceso de recordar, cuando se trata de hechos violentos que arrebataron parte de nuestra dignidad; tanto puede serlo, que en ocasiones pudiera llegar a ser hasta revictimizante, si no se hace con el respeto debido y la vocación sincera de enaltecer las historias de quienes sufrieron las peores afrentas a su humanidad.

Asumir este compromiso, implica adentrarse en una labor cuidadosa, empática, amorosa y sobre todo, responsable. Ese es nuestro compromiso más sagrado, recordar, como una forma de hacer justicia. Y es que la construcción de la memoria histórica tiene al menos – para nosotros – dos miradas; por una parte, recordar como forma restaurativa de esa dignidad estropeada, pero también, como la manera de generar conciencia social del daño. Ambas vías de acción son las que permiten la reconstrucción de la fibra social, así como la consolidación de las bases para que en el futuro se establezcan verdaderas y permanentes garantías de “no repetición”. Los retos son entonces son no olvidar y nunca jamás.

Entendemos en consecuencia, que la verdad, la justicia, la memoria y la reparación, no pueden desligarse, pues, a la luz del ejercicio de los Derechos Humanos, son los cuatro pilares garantes del respeto a la identidad del ser y de las garantías judiciales que restituyan la paz de todos y para todos.

En esa dinámica cerramos este mes de febrero, con la alegría de haber esparcido semillas de memoria dignificante, con la instalación de dos «Puntos de la Memoria» en espacios de nuestra ciudad capital, en la Sociedad del Café en Parque Cristal y en la librería Alejandría en Paseo Las Mercedes. Los invitamos a visitar esos refugios simbólicos, que seguirán aumentando durante el año, para que se reencuentren de forma amable y bondadosa, con una realidad que aunque persiste, se sostiene también en la esperanza de que finalmente el registro de lo vivido, sea el soporte de un futuro distinto: más noble, más humano, más nuestro.

Martha Tineo 

Coordinadora General Justicia, Encuentro y Perdón 

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28/02/2022

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