Boletín #52 – La doble trama por resolver entre Venezuela y la CPI

Editorial

Forma parte de la sobrevivencia de las especies, la necesidad de autoprotección; es completamente humano, además, el impulso de superar esas etapas en las que se nos desploma la vida para correr a colocarnos en posición de futuro; es importante pensar en quienes quedan y procurar por ellos, acciones que no los condenen al sufrimiento y la carencia. Pero, ¿justifican tales urgencias, continuar a costa de la impunidad y el olvido? ¿Es justo, correcto, acertado, “normalizar” una crisis?

En el afán de surgimiento y reconstrucción – y confiados en que muchos lo procuran desde las mejores intenciones – hemos visto acciones recientes, destinadas a procurar acuerdos desde diversos sectores del país. Y también vemos, cómo sectores responsables de haber sumido a Venezuela – a consciencia – en una emergencia humanitaria compleja y que son responsables de haber perpetrado crímenes aún sin justicia, intentan hacer un borrón y cuenta nueva, valiéndose de esa necesidad social de continuar. Así como se talan árboles sin planificación ni compasión, luego se anuncia y celebra la siembra de otros. Así… como si sobre las heridas por la pérdida de vidas, libertad y dignidad, pudiera replantarse sin más la esperanza.

Y no, no pasa así, es necesario cerciorarse de que el dolor por las heridas y por las lesiones morales, como las que nos ocupan en Justicia Encuentro y Perdón, se sanen con verdad, se sanen con justicia, se sanen con reparación integral y con las garantías de que tales daños no se vuelvan a causar.

En tanto, aplaudimos todos los esfuerzos para superar el colapso de país que nos ha tocado vivir, pero insistimos en que esa tan ansiada armonía no será posible y mucho menos perdurable, si se hace sobre la base de la impunidad y el olvido… Quizá nos puede ayudar a comprender esta afirmación pensar que, esa calle en la que hoy se inaugura un concesionario de vehículos, es la misma calle en la que fue asesinado en joven venezolano que se atrevió a soñar que la libertad, la justicia y la dignidad, eran posibles. Sí, hay que continuar, pero sin obviar los errores del pasado que solo nos aseguran la condena a repetirlos. Hay que continuar y crecer y renacer, desde la consciencia del daño, y para ello, no solo las acciones importan. Las palabras y los verbos que se conjuguen también son fundamentales. La oscuridad que nos hemos propuesto vencer, no se combate con más violencia, para adentrarnos y entramparnos en ella, infinitamente; sino que se ilumina, asumiendo el gran valor que requiere reconocernos, respetarnos y dignificar un pasado ingrato, que nos deja aprendizajes trascendentales y cicatrices de madurez.

Creemos entonces que, desde las organizaciones de derechos humanos en Venezuela, y más personalmente, desde las voces que son escuchadas – la mayoría con justas intenciones – es crucial coincidir en el mayor esfuerzo porque todas las acciones que se encaminen hacia la superación de la crisis nacional, pasen por un filtro: verdad, justicia y dignificación a las víctimas. Ese es el inicio y ha de ser el final de cualquier proceso que genuinamente procure una reconstrucción nacional. De lo contrario, el mayor perdón que nos deberemos a nosotros mismos, será por aguantar y repetir todo lo que no debíamos.

Martha Tineo 

Coordinadora General Justicia, Encuentro y Perdón 

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31/05/2022

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