Boletín #55 – La unión perfecta desde el terror

Editorial

Recientemente, desde JEPVzla, hemos realizado lo máximo posible, de acuerdo a nuestras circunstancias, para mostrar a la comunidad nacional e internacional uno de los aspectos más aterradoras de la persecución política en nuestro país: el recordatorio de una cifra y las vidas que representa. Actualmente en el país hay 23 presas políticas, todas víctimas de violaciones a los derechos humanos que van desde detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y negación del derecho a la defensa y al debido proceso, hasta torturas físicas y psicológicas y tratos crueles, inhumanos o degradantes.

A todo este actuar desde la ilegalidad, se suman las más dantescas condiciones de reclusión que van desde la falta de una dieta básica, disposición de agua potable, insumos higiénicos, atención y dotación médica, así como espacios adecuados que garanticen condiciones respetuosas de los derechos y la dignidad humana.

Hemos asumido con dolor y miedo, pero sobre todo con responsabilidad y respeto, la muy difícil tarea de mostrar el horror. Esta labor resulta urgente porque simplemente es impostergable. Es un apremio de consciencia humanitaria y de sentido de la justicia, tomar decisiones que detengan esta situación. El llamado que hacemos desde nuestra Organización es a la liberación de las presas políticas en Venezuela, a devolverles la vida y la dignidad. Sabemos de daños irreparables, de pérdidas irrecuperables; sabemos de heridas físicas y emocionales que serán eternas, y por ello, es crucial que no se sigan profundizando.

Es urgente que haya justicia a favor de esas víctimas y se condenen a los responsables de tales agresiones, brutales, carentes de toda piedad. Es urgente que se activen los mecanismos de reparación a esas víctimas. Es urgente que madres recuperen a sus hijas e hijos recuperen a sus madres; que las familias de esas 23 mujeres vuelvan a tener familia.

Se verá entonces que este editorial no se trata solo de denunciar este espanto, esta perturbación ominosa. Se trata más bien, desde la más profunda humanidad: de exigir, exhortar, implorar JUSTICIA y LIBERTAD para las presas políticas de Venezuela.